jueves, 24 de septiembre de 2009


Colima: presencia colombiana

Jaime Ramírez Yáñez

Luis Enrique Calle Serna, el Comba, y Diego Pérez Henao o Diego Rastrojo, al parecer son dueños tanto de los 11.5 millones de dólares encontrados en Manzanillo, como de los 3.5 millones de dólares localizados en Buenaventura, en el departamento de Valle del Cauca, a unos 350 kilómetros al suroeste de Bogotá, en Colombia. Su importancia es tal que las autoridades estadunidenses ofrecen 2.5 millones de dólares por su captura.
Este destino marítimo se ha convertido en una parte fundamental en la relación de tráfico de drogas y de dinero por pago de enervantes entre los cárteles de Colombia y México.
Muy cerca de Buenaventura, por ejemplo, se fabrican los narcosubmarinos, el Toyota y el Neptuno, que dicho sea de paso, fueron diseñados por un mexicano.
En este paraje se ubica el astillero en donde desde hace seis años, bajo la supervisión de una persona a quien todos conocían como el Tío, llamado en realidad Miguel Bonilla, los cárteles colombianos iniciaron el proceso de construcción de dispositivos submarinos para trasladar su droga, mucho más complejos y potentes que el sumergible hechizo que fue incautado el año pasado cuando se reabastecía de combustible en las costas de Oaxaca, México.
En esta área, antes feudo del grupo delincuencial de Cali, es donde manda el Comba, a quien las fuentes de inteligencia sitúan como el capo colombiano más cercano al cártel de Sinaloa.
Los datos que existen acerca de Luis Enrique Calle Serna, nacido en el departamento de Caquetá, y de 33 años de edad, es que, en principio, es el heredero, junto con Diego Pérez Henao, mejor conocido como Diego Rastrojo, del poder de Wílber Varela, quien murió asesinado en febrero de 2008.
De acuerdo con la información proporcionada en su momento acerca del hecho, el coronel Néstor Reverol, presidente de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), confirmó que un centro turístico de Mérida, a 500 kilómetros al suroeste de Caracas, se habían encontrado los cadáveres de dos personas, una de ellas era el capo colombiano. Varela se encontraba refugiado en Venezuela apoyado por algunos militares cercanos al presidente Hugo Chávez.
Para las autoridades de Colombia quedaba claro que los autores de la ejecución habían sido el Comba y Diego Rastrojo, a quienes se les vio en compañía de un sicario apodado el Móvil, quien estuvo a la cabeza del comando que ejecutó a Varela.
Ya sin un jefe, el Comba junto con sus hermanos Javier Antonio y Juan Carlos, comenzaron a manejar los laboratorios de Varela en Putumayo, Santander, Chocó y Buenaventura, así como cultivos en otras zonas del país.
De la misma forma, los otros capos Jaime Alberto Marín Zamora, Germán Gómez Orrego, Julio César López Peña, y los Rastrojos al mando de Pérez Henao, mantuvieron la coordinación de los envíos de droga y laboratorios a los hermanos Calle Serna.
Desde noviembre de 2005, el gobierno estadunidense incluyó al Comba junto con otras diez personas en la llamada “Lista Clinton” que era una relación de narcos y sus negocios. Por cierto, varias empresas dedicadas a la fabricación y venta de cosméticos con sede en Guadalajara estaban integradas al documento.
El otro capo, Diego Pérez Henao o Diego Rastrojo, tiene 34 años de edad, nació en el departamento de Bolívar y hace siete años Wílber Varela le había encomendado la conformación de un comando dedicado tanto a la custodia de laboratorios como de respuestas violentas. Un grupo muy similar a los Zetas mexicanos.
Asimismo, al igual que lo hiciera en su momento Osiel Cárdenas Guillen, Diego Rastrojo en principio contrató a más de 50 ex miembros del Ejército colombiano para integrar su grupo, el cual en su punto máximo llegó a contar con más de 600 hombres.
El pasado lunes, en Colima, el comandante de la XX Zona Militar, el general Rubén Venzor Arellano, afirmó, que el Ejército no había detectado la presencia permanente de ningún cártel relacionado con el narcotráfico en operaciones en esa entidad, “hemos detectado gente que se ha detenido y que han señalado que son parte de algunos cárteles, pero trabajando en la entidad no los hemos detectado y ojalá no estén pensando en visitarnos”. La realidad es que parece que los colombianos regresaron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario